Chickens

Cambio de actitud respecto a los dos anteriores partidos. Empezamos, como por desgracia viene siendo habitual, con un gran parcial de Unicor. Nueve puntos consecutivos nos hicieron temer que podíamos haber perdido el partido en los 4 primeros minutos. Pero poco a poco fuimos dándonos cuenta que teníamos ventaja en las posiciones de pivots, cambiamos el juego y sobrecargamos estas posiciones y desde ahí, pasito a pasito fuimos remontando. Quedamos a 7 al finalizar el primer cuarto, pero ya nos habíamos puesto por delante a mitad del segundo cuarto.

Nuestro gran lunar fue la multitud de tiros cómodo fallados. Poco a poco Unicor fue cerrando filas, nos quedaron posiciones cómodas de tiro, que no acabaron en canasta, y esto nos fue minando la confianza. Empezaron a aparecer pases tontos por no atrevernos a tirar y de ahí vinieron las pérdidas, que acabaron en contragolpes.

A mitad del partido sólo nos sacaban 4 puntos, que aumentaron hasta 13 a final del tercer cuarto, que empezaba a ser una diferencia notable, pero ni mucho menos definitiva. Además, habíamos rotado bien el equipo y nuestros jugadores clave estaban frescos, pero el último cuarto no conseguimos acercarnos en absoluto. Su base dio una lección magistral de bote y dirección de juego, desesperándonos al ver que cada vez nos faltaba más tiempo. La diferencia se mantuvo entre 12 y 14 puntos hasta casi el final, cuando bajamos los brazos y encajamos un duro parcial de 0-10, que fue el que incrementó la diferencia final.

Las pérdias de balón y la falta de acierto en el tiro hicieron que sumásemos la peor valoración en lo que va de temporada, con la mitad de los jugadores en negativo.

Al menos volvimos a parecernos al equipo de antes de navidad en algunos momentos, aunque seguimos sin tener bien calibrada la mirilla. Bravo por Óscar González, que volvió a cuajar un gran partido, secundando a David Quesada como mejores jugadores de nuestro equipo.