Chickens

Lo habitual es oir Moriles y echarse a temblar, porque siempre suelen montar equipos muy fuertes, en especial en las posiciones interiores, y siempre optan al título, sin embargo, en esta temporada parece el retraso en la competición les ha afectado, y han comenzado con dos derrotas.

Los equipos saltan a la pista y enseguida se ve que podemos luchar el partido. Comenzamos con una anotación baja, en la que nos vamos alternando en el marcador. Por una vez, dominamos el rebote, pese a que ellos cuentan con Alberto Cózar.

En el segundo cuarto va a quedar patente nuestro principal problema, llegamos al partido sin base puro, y con David para intentar dar todo lo que pueda. En cuanto se sienta David, nos descolocamos y llega la primera ventaja para el equipo de Moriles. Podríamos decir que es el momento o, al menos, uno de los momentos decisivos del partido, ya que Moriles nunca a volver a estar por debajo en el marcador, aunque siempre con nuestro equipo cerca.

El tercer cuarto es dominado por los Chickens. Moriles siente nuestro aliento y se pone nervioso, perdiendo balones no forzados por nuestra defensa. La anotación sigue siendo bajísima. Ninguno de los dos equipos es capaz de anotar con facilidad, ni siquiera desde la línea de tiros libres, a donde Moriles acude con frecuencia durante el tercer cuarto. Cuando los tenemos a sólo dos puntos, consiguen un triple sobre la bocina para volver a coger algo de tranquilidad.

Para el último cuarto guardamos nuestras últimas fuerzas. David no se ha vuelto a sentar, después del desastre del segundo cuarto, y cada vez está más pesado. Los jóvenes son los encargados del último nivel de resistencia, pero no conseguimos ponernos por delante. Seguimos fallando tiros a menos de dos metros del aro, y perdiendo demasiados balones. Al final surge la figura de Alberto, que con dos tiros desde 6 metros acaba aumentando la diferencia a mucho más de lo que ha reflejado el partido. 

Nos faltó creernos que podíamos ganarle a Moriles, nos faltó anotar las canastas fáciles, y, por segundo partido consecutivo nos fallaron los tiros libres, con un paupérrimo 31% de efectividad.

Moriles seguro que ira  para arriba, seguirá reforzándose y no estará en la lucha por abajo, pero desaprovechamos una oportunidad de oro para estrenar nuestro casillero de victorias.