Chickens

Partido raro, con una primera mitad totalmente dominada y una segunda mitad donde empezamos bien y caímos en picado hasta un final horroroso, donde jugamos los peores minutos que se recuerdan en los Chickens.

Comenzamos bien. No metíamos mucho, pero la defensa era buena, llegando a todos los tiros del rival, al menos lo suficiente para que no estuviesen cómodos. Sin darnos cuenta, íbamos cogiendo una ventaja, que, sin ser buena, resultaba muy cómoda viendo la escas anotación que tenía el partido.

El segundo cuarto seguranmente será el peor de la liga municipal en muchos años. El tanteo del cuarto fue un 0-2 que creo que lo resume todo. La verdad es que tuvimos muchas canastas claras, pero fallamos de todas las formas posibles, tiros libres, entradas, e incluso contragolpes en solitario. Un despropósito, que por suerte era igualado por nuestros rivales. La única canasta la anotamos en el últio minuto, por medio de Sama, que se estrenaba en su reaparición con el equipo.

La segunda mitad arrancó con nuestros mejores minutos. Mucha intensidad tanto en ataque como en defensa. La ventaja se fue a los 10 puntos y a partir de aquí no sé explicar qué nos pasó. En ataque nos bloqueamos. Su defensa se cerró mucho, y nosotros sólo fuimos capaces de anotar una canasta desde lejos en todo el partido. Poco a poco los hombres de fuera se metían dentro para tratar de buscar la efectividad que no tenían desde lejos, y la zona era intransitable con 10 personas en apenas 10 metros cuadrados. Pero esto puede pasar, lo raro es la forma de bajar los brazos en defensa. Comenzaron a llegar canastas, en las que quedaba patente la desidia por nuestra parte. Concedimos todos los rebotes que no habíamos concedido hasta ese momento, y ellos se comenzaron a acercar, hasta situarse a sólo cuatro puntos a final de cuarto.

El último periodo es de analizar. Perros Viejos comenzó con un par de canastas rápidas, una de ellas un triple, y vimos que ese partido, que creíamos ganado desde el primer cuarto, lo teníamos ahora en contra. La salida de los jugadores que habían conseguido hacer más daño al rival no mejoró nada. Ninguno tenía confianza en su tiro, y las prisas eran malas consejeras. Los puntos de Perros Viejos seguían llegando en cada jugada. Habíamos recibido 10 puntos en tres cuartos y recibimos 17 en el último. 

Podríamos tratar de escudarnos en la pista, o en la dureza de su defensa, pero lo cierto es que perdimos nosotros solitos bajando la intensidad de nuestra defensa hasta un nivel desconocido.

Lo de los tiros libres sigue siendo a analizar. Quizás haya que contratar a un psicólogo.

Tras la mejoría de la semana anterior volvemos a caer en un pozo. Esperemos poder salir rápidamente, pues nos quedan los equipos más duros del grupo.